jueves, 15 de marzo de 2012

Silencio II «De las historias»


Las historias son la misma tinta, los mismos siempre. Los algunos que se aferran irrenunciablemente. Aquellos que preguntan con el fracaso anticipado de la duda y, la hiel asomada en el bolsillo, por si hace falta.
La poquedad del ánimo, menos inocente, menos febril, evoca la moralidad de las ideas. Hablar de uno mismo resulta una imposibilidad de ternura…Me gusta la ternura, aunque sea una palabra desacreditada, tan democráticamente inútil.
Cada mañana es un nuevo horror de certezas. Ahí, en la nulidad, hay un siempre para sus ojos, una renuncia a la culpa, un disidente y una historia que no absuelve.