sábado, 22 de marzo de 2008

Cómo meditar

 —luces fuera—
caída, manos unidas, en instantáneo
éxtasis como un chute de heroína o morfina,
la glándula interior de mi cerebro descargando
el perfecto fluido alegre (Santo Fluido) cuando
me desnudo y fijo todas las partes del cuerpo
a un trance de inactividad —Curando
todas mis enfermedades —borrándolo todo —ni
siquiera un fragmento de un "Espero que tú" o un
lunático bocadillo de tebeo queda, sólo la mente
en blanco, serena, sin pensamientos. Cuando un pensamiento
brote llegando de lejos con su manifiesta
presencia de imagen, debes engañarlo y fuera con él,
quítatelo de delante, dríbalo, y
se desvanece, y el pensamiento nunca vuelve —y
con alegría comprendes por primera vez
"Pensar es justo lo mismo que no pensar—
Así que no tengo que pensar
nada
más"
(Kerouac, Jack. Poemas dispersos. 1967)