que rozo con el estertor de mis labios.
Las palabras huérfanas se aglutinan en el vacío
¿para qué sirven ya?
si lo importante es tu cuerpo,
el deseo que provoca en las manos,
el rostro que refleja en los ojos
y que no entiendo…
Te nombro allí,
en el lugar de siempre,
con las ansias de siempre,
con el miedo de nunca.
en el silencio de los besos
que ya no están,
en el silencio,
que ya no existe,
en el silencio,
que un día fuiste,
en el silencio.
tu cuerpo me confirma
que poesía no es esto.
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